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lunes, 4 de marzo de 2013

Preparando noche de observación: Orión


Ya nos acercamos al equinoccio de primavera y constelaciones como Orión, Tauro o Géminis pierden altura sobre la bóveda celeste, mientras que van ganando altura las constelaciones típicas de primavera. Casi para ir finiquitando las observaciones de invierno estoy preparando una noche dedicada a Orión, pero el típico tiempo de esta época del año va a dificultar por unos  días las observaciones. No obstante, esta es la ficha técnica de lo que existe más allá de Orión: belleza en estado puro. Los binoculares serán el instrumento de observación para esta sesión.

La constelación de Orión

Datos básicos sobre la constelación de Orión:

Nombre común: Orión o El Cazador
Astrónomo que la introdujo: Claudio Ptolomeo
Posición en la bóveda celeste: ecuatorial (Hemisferio Norte y Sur)
Superficie del cielo ocupada: 594 grados cuadrados
Número de orden por tamaño: 26
Latitud terrestre desde donde es visible: todo el mundo
Constelaciones limítrofes: Eridanus, Taurus, Gemini, Monoceros y Lepus.
Estrellas con nombre propio: Betelgeuse (α), Rigel (β), Bellatrix (γ), Mintaka (δ) Alnilam (ε), Alnitak (ζ), Sapih (κ), Nair el Saif (ι), Meissa (λ)



Estrellas dobles

Mintaka (δ Ori)

Es el astro más occidental del cinturón, de muy fácil resolución. La estrella principal, blanca-azulada, posee una compañera bastante apartada. Posee una magnitud de +2,21. Su compañera está a un minuto de arco. Se encuentra a 915 años luz.

Ι Ori
En la parte sur de la Gran Nebulosa de Orión nos encontramos con esta estrellas, que posee una acompañante también azul. Puede verse junto a Σ747, otro par de astros blanzo-azulados inmersos en un bonito campo estelar.


Cúmulos abiertos

NGC 1980
Aproximadamente medio grado al sur de la nebulosa de Orión se localiza este cúmulo, cuya estrella más luminosa es la Ι Ori, que está envuelto en una pequeña nebulosa de gases. Las estrellas más brillantes son blancasy azules y la nebulosidad es difícil de apreciar.

NGC 1981
En el camino desde Alnitak hasta la gran Nebulosa de Orión hallaremos esta aglomeración grande y dispersa, qu incluye unas cuantas estrellas blanco-azuladas y una amarillenta, la Σ750, que es la única estrella doble del racimo.



Nebulosas

NGC 1788
Unos 5º a NNW de Rigel, o bien 2º al Norte de  β Eri, apreciaremos esta nebulosa que es pequeña pero digna de ver.

M42 y M43
La Nebulosa de Orión o M42, situada a 4º al Sur de las Tres Marías (como popularmente  se conocen a las tres estrellas del cinturón de Orión), es el mayor y más célebre de los tesoros de Orión. Cubre un área de 1ºx1º y a simple vista se visualiza como una pequeña nube borrosa. Unos binoculares revelan algunos de sus espectaculares torbellinos gaseosos.

En el seno de esta impresionante masa de gas destaca la θ1, una magnífica estrella múltiple. También apreciamos una pequeña banda oscura que recibe el nombre de «Sinus Magnus» (el Gran Golfo). Esta es una hendidura que separa M42 de M43, otra nebulosa contigua que rodea a una estrella de 9ª magnitud.

Por si misma, M43 resulta mucho menos impresionante que su vecina, pero ayuda a realzar la imagen del conjunto.

Gran nebulosa de Orión
La Nebulosa de Orión es la región de formación de estrellas más cercana a nosotros. Está situada a 1270 años luz del Sistema Solar. Mide más de 227.000 billones de kilómetros de un extremo a otro. Esto quiere decir que un rayo de luz emplearía 24 años en atravesar la nebulosa. Esta gran nube turbulenta de gas y polvo constituye lo que los astrónomos llaman región HII, es decir, hidrógeno atómico ionizado que, al colapsar contrayéndose por la gravitación, forma estrellas muy masivas, responsables  de una alta radiación ultravioleta, que excitan al gas circundante, haciéndole brillar en forma de nebulosa difusa.

De la nebulosa de Orión no aparecen referencias en observaciones antiguas de Ptolomeo o Galileo, lo que hace pensar que en aquella época no era tan brillante, y que ha ido ganando luminosidad conforme se han ido creando más estrellas en su interior.

Dentro de la nebulosa existen alrededor de 2.000 estrellas, entre las que destacan las que componen el Cúmulo del trapecio. Con ayuda de binoculares se podrán distinguirse un grupo de cuatro estrellas en su interior en forma de trapecio. A este grupo de estrellas también se le llama Cúmulo de Theta Orinis.

Cúmulo de Theta Orinis o del trapecio


Orientarse en el cielo con el cinturón de Orión

La posición ecuatorial de la constelación de Orión la hace visible
desde cualquier punto de la Tierra

Las estrellas que conforman el conocido cinturón de Orión, son tres gigantes azules con un brillo tan intenso que incluso pueden verse en cielos razonablemente contaminados. Son de 1ª y 2ª magnitud y se sitúan en el ecuador celeste. Debido a esta posición, la constelación de Orión puede verse desde cualquier lugar del mundo, lo que ha hecho que Las tres Marías, o los Tres Reyes Magos, como también se conoce al cinturón, sea conocido por todas las civilizaciones en la historia.

Esquema a escala del tamaño de las tres estrellas del cinturón de Orión en relación al Sol

El cinturón de Orión constituye la mejor referencia para orientarse en los invernos del hemisferio norte y en los veranos australes. Estas estrellas se alinean en dirección suroeste apuntando a Sirio, en la constelación de Can Mayor y en dirección contraria, al  noroeste, hacia la brillante Aldebarán, en Tauro.


El cinturón de Orión es un punto de referencia idóneo en los cielos de invierno

El futuro de la constelación de Orión

Recientes observaciones del Telescopio Espacial Hubble muestran que esta fábrica de estrellas no cesa en su producción dentro de M42. Es posible que esta actividad termine por hacer desaparecer la nebulosa, y se origine un cúmulo a la manera de las Pléyades (tauro). Además, el telescopio ha detectado hasta 150 discos planetarios, que son el paso previo para la formación de planetas.

También ha descubierto enanas marrones dentro de esta nebulosa, algunas de ellas orbitando en forma de sistemas dobles. Estas son estrellas fallidas que, al no tener masa suficiente, no pueden alcanzar la fusión nuclear necesaria y son extremadamente frías. Son 50 veces más grandes que Júpiter, pero con sólo un 5% de la masa de nuestro Sol.

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